Las Naranjas Mecánicas

    Corría el año 71 cuando Montjuich se estremecía con el roncar de tres máquinas color naranja. Tres motos dando vueltas a la montaña con unos tipos pilotándolas al límite durante veinticuatro horas. Y junto a estos seis tipos muchos tipos más, con otras máquinas de carreras, también pilotando al máximo de sus capacidades por las calles de Barcelona. El riesgo se olía en cada curva y la fatalidad se escondía en cualquier bordillo o farola. La gente se agolpaba alrededor de las calles cercadas por cientos de balas de paja, era un espectáculo que hacía temblar a toda la ciudad.

    Y las Laverda SFC de 750cc se hacían con la victoria absoluta en las 24 Horas de Resistencia de Barcelona. Primera, tercera y cuarta posición. Ya habían ganado carreras de resistencia en Imola, Zeltweg, Oss y Monza. Luego vendría el triunfo en Modena, Vallelunga y un segundo en la mítica Bol d'Or francesa.

    Había nacido una moto única que con el tiempo se convertiría en una de las máquinas más emblemáticas de la historia del motociclismo. Imponente, musculosa, rápida, estable y atractiva. Y con un componente que la hacía salvaje, su dificultad a la hora de pilotarla. Una moto de carreras que pedía ser llevada al límite. Un deposito largo y grande y unos semimanillares Menani muy bajos hacen que la postura de pilotaje sea algo forzada. Al subirte encima de ella se hace evidente lo inmensa y larga que es. Al ponerla en marcha es inevitable excitarse. El sonido de los megáfonos es atronador y el ralentí inestable, los carburadores Dell’Orto siempre tienen apetito. El embrague debe ser el más duro del mundo y como decía en su artículo Manuel Garriga, requiere haber desayunado bien. El cambio es duro, pero preciso, y la primera es larga, muy larga. El motor empieza a despertarse a partir de las 2500 vueltas hasta cerca de las 4000, momento en el que desaparecen las vibraciones y la potencia del motor se hace patente. Setenta caballos a 7500 rpm. Cinco velocidades y el techo los 210 kilómetros a la hora.

Su producción fue muy escasa, entre los años 1971 y 1976 se construyeron 549 motocicletas. Y de ellas 167 fueron de la primera serie.
Laverda SFC 1971