Víctor Palomo

Víctor Palomo (Preparación SMAC Offenstadt)
   
    No hace muchos años, la vida de un piloto de motocicletas de carreras era muy diferente a la de hoy en día. Siempre ha habido pilotos de fábrica con un importante apoyo económico, logístico y mecánico; pero también ha habido hombres que han seguido el Continental Circus como pilotos privados. Furgoneta, muchos kilómetros, poner a punto uno mismo o con poca ayuda la moto. Licencias, inscripciones, verificaciones, competir, acabar la carrera y cargar la moto (esperemos que entera) en la furgoneta y conducir de nuevo mil kilómetros hasta otro país, otro circuito, otro fin de semana.

    Víctor Palomo, durante la década de los setenta, era uno de esos hombres trashumantes que recorría todos los circuitos de Europa y que montaba varias motos de carreras de diferentes cilindradas durante un fin de semana. Y lo hacía por cuenta propia.

    Nació en Barcelona el año 1949 y desde bien crío mostró su atracción por la velocidad practicando el esquí acuático. Y por cierto, con éxito, fue campeón de Europa en el 67 y campeón del mundo en el 68. En el 71, durante una competición internacional de saltos que se disputaba en el lago de Banyoles tuvo problemas físicos en rodillas y vértebras que le hicieron abandonar. Imposibilitado para seguir compitiendo con los esquís jugó al hockey hielo, compitió en los Juegos Olímpicos de Grenoble en Bobsleigh, compitió en rallies con un SEAT 1430 ganando una carrera nada menos que a Ricardo Zanini, y luego vinieron las motos. Empezó a correr en motocross con una OSSA preparada por fábrica, era amigo de la familia Giró, pero los problemas físicos que tenía practicando el  esquí volvieron a aparecer en las pistas de cross y optó por las carreras de velocidad.



    El primer contacto de Víctor Palomo con las carreras de velocidad fue en Inglaterra con Barry Sheene, gracias de nuevo a la familia Giró que los presentó. Barry lo acogió en su casa, le recomendó que se hiciera con una Yamaha TZ carreras-cliente y, mientras tanto, le dejó su vieja TSS, con el cigüeñal roto, y su garaje para poder repararla y competir con ella. Asombroso. Grande, Barry. Víctor consiguió un cigüeñal nuevo para la TSS gracias a don Paco y puso la moto en marcha, pero al final no llegó a participar con ella en ninguna carrera. El consejo de Sheene había calado hondo y unas amistades de su época como esquiador lo pusieron en contacto con Sonauto, el importador francés de Yamaha, y encargó una TZ 250 TD3.



















    La primera carrera que disputó con Yamaha fue en el circuito de Estoril y venció. Con el dinero del premio viajó hasta Inglaterra para poder competir junto a su amigo Barry Sheene y, haciendo un gran papel quedando sexto, recibe varias ofertas, dando así comienzo a su accidentada y tortuosa carrera deportiva en el Mundial de Motociclismo. Compitió en las categorías de 250cc, 350cc, 500cc y Fórmula 750cc, lo de este hombre eran las motos grandes, y ganó carreras. El campeonato de la FIM Fórmula 750 se lo adjudicó en el 76.



    Si hubiera que hacer un balance de su carrera deportiva resaltarían más los problemas que las alegrías. Palomo fue uno de esos hombres sufridos que limitado económica y técnicamente peleaba de tú a tú con los pilotos punteros de la época. Cuando tu moto no es tan rápida ni fiable como la del resto de tus rivales fuerzas la máquina, y el riesgo de abandono por rotura o caída aumenta exponencialmente. El fundir cigüeñales o el romperse huesos eran titulares que acompañaban a menudo el nombre de Víctor Palomo en las revistas. El accidente más grave en el que se vio involucrado fue en Monza, donde murieron Renzo Pasolini y Jarno Saarinen. Aquel día fue uno de los más tristes que se han vivido en el Continental Circus. Y el accidente que le hizo prácticamente colgar las botas sucedió en el rapidísimo y peligroso circuito de Montjuic durante las 24 Horas del año 79. En un cambio de rasante a 230 Km/h colisiona contra una moto averiada partiendo en dos su Ducati 900 y destronzándose la pierna. Fue un accidente espeluznante y más de un medio de prensa extranjero lo dieron por muerto. Los médicos lo desahuciaron deportivamente pero Víctor volvió a subirse en una moto, esta última vez de 500cc. En el 82 logró una meritoria octava posición en el circuito del Jarama, durante la misma carrera Nieto se fue al suelo con la 500 de Luchinelli. Pero ese mismo año, en Yugoslavia, cae y se rompe la pelvis diciendo adiós definitivamente a la competición. Y fue decir adiós a las carreras y precipitarse los acontecimientos. En febrero del 85 sufre un colapso diabético y con sólo 36 años muere.

Kenny Roberts, Steve Baker, Víctor Palomo, Katayama, Johnny Cecotto, Christian Sarron, Giacomo Agostini, Patrick Pons, John Newbold. (200 Millas de Imola, 1977)


   

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